martes, 28 de agosto de 2007

Jean-Joseph Rabearivelo: Y un nuevo amanecer (*)

Rogelio Martínez Furé

Otro

Fundidas todas las estrellas
en el crisol del tiempo,
y luego enfriadas en el mar
se han vuelto un bloque de piedra con facetas.
Lapidaria moribunda, la noche,
poniendo todo su corazón
y toda la añoranza que tiene de sus almiares
que se disgregan, se disgregan
como cenizas al contacto del viento,
talla el prisma amorosamente.

Pero es una estela luminosa
que el artista habrá erigido en su tumba invisible.


Jean-Joseph Rabearivelo


(Del poemario 'Preque-Songes'. Copiado del libro 'Diwan africano, poetas de expresión francesas'. Selección, prólogo y notas de Rogelio Martínez Furé. Editorial Arte y Literatura, Palacio del Segundo Cabo O'Reilly Nº 4, La Habana Vieja, Ciudad de la Habana (Cuba), 1988)
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(*) El título se lo hemos puesto nosotros

martes, 21 de agosto de 2007

'Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad': de Miguel Otero Silva


"... por faltas mínimas atormentan a los yanaconas del servicio con cepos y grillos, o los despachan a remotas comisiones para forzarles las mujeres en su ausencia, fabrican falsos testimonios, prenden fuego criminal a caseríos enteros, les cortan las narices y las manos a los infelices que imploran justicia, los más asquerosos pecadores son los frailes, el padre Juan Bautista Aldabán desnuda a las indias solteras que acuden a confesarse, les mete los dedos en las partes genitales y en el ano, les azota las nalgas por la penitencia, el vicario Domingo Matamoros reúne mocitas con pretexto de enseñarles la doctrina, las va violando una por una en la sacristía, el fraile franciscano Felipe Avendaño escucha los pecados de las niñas en un confesonario tan oscuro que ellas no alcanzan a ver el estrago que les están haciendo, no saben luego por qué motivo salieron preñadas...


Miguel Otero Silva
(Lope de Aguirre, Príncipe de la Libertad; Barcelona, Seix Barral, 1979; pags. 69-70)

José Mª Amigo Zamorano: Nos adormecemos

Nos adormecemos y no es el momento
de cerrar los párpados.




Hay que seguir despierto
hasta la alborada:
es cuestión de rodear la noche
por su lado más débil:
el de la conciencia.

Recibiremos por el triunfo
una corona de tristezas,
gemidos, agonías...
Es un simple adorno,
una condecoración inmerecida.

Los héroes regresan siempre
con una insignia de terrones y terrores
prendida en el ojal
y nosotros nos hemos metido
en el corazón de la esperanza
hecha de un cúmulo de desazones
que han de lavar la luz del alba.

Esto nos anima.

Damos, quizás, una caebzada.

Abrimos los ojos y continuamos
nuestra agreste andadura,
por no ser este el momento
de cerrar los párpados.

José Mª Amigo Zamorano

martes, 7 de agosto de 2007

Alvarez del Burlo: El periplo de Concha Barbero hacia la plenitud vital



Seguro que lo que mejor define al libro que vamos a comentar es que los cambios cuantitativos conducen a cambios cualitativos. Al fin y al cabo es lo que nos viene a contar Concha Barbero de Dompablo. La cual, en su libro, Palabras para el Bienestar (Un camino hacia la armonía y la plenitud vital), que así se rotula el viaje emprendido hacia ese estado de felicidad por la autora. Lo inicia con la pregunta "¿Eres feliz?". Una interrogación necesaria que indica de manera transparente, sin engaños, sin subterfugios, que si la respuesta es afirmativa no es necesario adentrarse en las procelosas aguas de su trayectoria. En cambio, si la respuesta que se da es negativa es cuando adquieren relevancia las Palabras para el Bienestar que han de conducir irremediablemente al capítulo último: "Vives el ahora. Te encuentras con tu ser".

Pero que nadie se llame a engaño con eso de la utilización del vocablo 'Palabra', pues no se trata de hablar por hablar que es pura palabrería, no; es en realidad la experiencia de la autora con el fin de llenar de contenido su vacío... aunque 'vacío', para ser exactos, no es la palabra adecuada... mas bien de llenarse de otra manera, porque, en puridad, nadie está vacío absolutamente; nadie, nunca, está en pura cáscara...

En fin, lo que la autora necesita es un cambio, son palabras para un cambio de personalidad, para una transformación, si cabe, del mundo: un mundo que no le gusta y nos lo repite varias veces. Empero que algun@s no se pongan en guardia, a la defensiva, su experiencia vital no va en la dirección de poner patas arriba la estructura y superestructura de la sociedad en la que viven tal a gusto, no: en absoluto; aunque, bien mirado, si se consigue acceder a ese estadio, el mundo marcharía mucho mejor.

Para esa transformación de ella, de Concha Barbero, es imprescindible arribar a un conocimiento cabal de ella misma como recomendaba Sócrates con su imperioso eslogan "¡Conócete a ti mismo!".

Y es aquí donde comienza su viaje, no exento de dificultades, de trampas, de vericuetos que tiene nuestro ser, labrado a lo largo de muchos años, semejantes, a veces, de callejones sin salida que solo la voluntad de la autora consigue trasponer.

Poco a poco va consiguiendo salvar vaches sin cuento, aunque, hay que decirlo, no es un camino erizado de espinas, se recomienda no tomárselo a la tremenda; es decir: sin traumas, sin estridencias, sin alaridos... es su periplo en derredor de ella misma: limpiando impurezas, arrancando rebabas, desechando vanalidades, apartando lugares comunes, arrinconando contradicciones muy arraigadas en el común de las gentes... Un día, de repente, se nota otra siendo ella misma. Un paso más allá y las pequeñas estupideces desaparecen, la insustancialidad se volatiliza, la ironía nace, el buen humor se impone. Ella ha cambiado y con ella el entorno que la envuelve la arropa, la cubre, la encastilla. Por eso decíamos al principio que la cantidad deviene en cualidad.

Ya ha llegado a 'Vivir el ahora. Se encuentra con su ser'. Entonces grita, grita de alegría, salta, ríe y, sin importarle el qué diran, se pone a bailar sin ton ni son porque le apetece. Ella es feliz. El mundo es feliz: ha llegado a la Armonía y a la Plenitud Vital y colorín colorado...

Pero no, no es un cuento, es el camino para librarnos de contradicciones que se adhieren al ser como una lapa y adquirir la coherencia precisa para caminar por el mundo con dignidad. Tal vez no nos convenza este modo de ver el mundo, pero es indudable que para ser felices, primero y principalmente hay conocer a uno mismo. Este libro nos coloca en el sendero.

Lean, leanlo el libro de Concha Barbero. Además está muy bien escrito. Con palabras llanas. Rara avis en un libro primerizo.

Álvarez del Burlo
(Marqués de Los Hoyos y Conde de Las Rendijas)