La prensa de nuestros días se ha hecho eco de una juerga llevada a cabo por dirigentes financieros (si el recuerdo no nos falla en California) en la cual se gastaron, en una sola noche, miles y miles de dólares, mientras habían arruinado a miles y miles de ahorradores. Marx en 1850, en su libro 'Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850', escribía estas palabras de suma actualidad en el 2009:
"Mientras la aristocracia financiera hacía las leyes, regentaba la administración del Estado, disponía de todos los poderes públicos organizados y dominaba a la opinión pública mediante la situación de hecho y mediante la prensa, se repetía en todas las esferas, desde la corte hasta el café borgne (café de mala nota), la misma prostitución, el mismo fraude descarado, el mismo afán por enriquecerse, no mediante la producción, sino mediante el escamoteo de la riqueza ajena ya creada. Y señaladamente en las cumbres de la sociedad burguesa se propagó el desenfreno por la satisfacción de los apetitos más malsanos y desordenados, que a cada paso chocaban con las mismas leyes de la burguesía; desenfreno en el que, por ley natural, va a buscar su satisfacción la riqueza procedente del juego, desenfreno por el que el placer se convierte en crápula y en el que confluyen el dinero, el lodo y la sangre. La aristocracia financiera, lo mismo en sus métodos de adquisición, que en sus placeres, no es más que el renacimiento del lumpemproletariado en las cumbres de la sociedad burguesa."
Y sigue con estas palabras:
"Las fracciones no dominantes de la burguesía francesa clamaban: ¡Corrupción! El pueblo gritaba: A bas les grands voleurs! A bas les assassins!"
-Nos gustaría que las masas, el pueblo, no una minoría, salieran gritando eso. Pero de momento no las vemos -añadimos nosotros, ahora, en enero de 2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario