martes, 3 de febrero de 2009

Agustín García Calvo: Para Don Felipe (1)

Para Don Felipe, contemporáneo de estos versos, memoria siempre-viva(2)



No puedo ya fingir _(3) que no sé lo que eres,
oh luna, o que no sé _ por qué creces y menguas,
ni puedo ya en verdad _ dibujar en tu cara
figuras ni un collar _ que de ánimas blancas
te ciña ni beber _ fría miel de tu cuenco.

Sé todo ya de tí, _ cómo giras y ruedas
y cómo, al par que vas _ cada tarde más gruesa
volviéndote, a la par _ sales más y más tarde,
hasta que, cuando ya _ sales justo al momento
que el sol se pone, hoy, _ toda llena seguro
que en alto cielo a tí _ te veré a medianoche,

y luego, cuando más _ trasnochando me hagas
aquí esperarte, al fin _ cuando asomes, más poca
y cada noche más _ he de verte flaquilla,
hasta que, al asomar _ con el alba, te anule
de un suspiro el sol _ como hebrilla de seda.

Lo sé todo de tí: _ que eres un mordisquito
que se desmigajó _ una vez de esta pella,
cuando se estaba aún _ para tierra cuajando,
la cual tampoco más _ era que una pavesa
que del ardor del sol _ desprendida brincara,
cuando él no era más, _ a su vez, que es destello
de un rebujón de gas _ que estalló en llamaradas

por un momento, oh sí _ un momento, que es éste,
y que por eso a tí _ te parece que dura
tan largo, pero es _ un momento cualquiera
del juego del azar _ de fugaces relumbres
de chispas que a través _ de la noche sin fondo
de vez en cuando dan _ en brillar, y se llaman
'estrella' por no más _ que el istante(*) que tarda
la boca del sinfín _ en decirle su nombre;

y más te digo aún, _ que ese juego al fin todo
de a tiempos encender _ y apagar farolillos
y de espolvorear _ el abismo de polvo
de luz y de enroscar _ caminitos de leche
tal vez solo a un rincón _ del profundo le toca,
y fuera, más allá _ de tu cielo y el mío
(¿me oyes?), más allá _ no se juega a esas cosas,
quizás a nada (¿no?) _ a silencio sin nombre.

Ya ves; y aún sé más _ de ti, luna, y te digo
que, cuando más lo sé, _ menos sé lo que eres,
y menos eres tú, _ menos eres tú, luna,
y hundiéndoteme vas _ pequeñita a lo lejos,
y te me esfumas ya _ como un guiño en un sueño.

¡Espera! Escucha aún: _ que el que sabe eso todo,
que sé quien eres tú _ y te borro, éste mismo
¿quién es? No puede ser: _ yo no puedo estar dentro
de lo que sé, y así _ no podré saber nunca
quién soy. ¿Verdad que yo _ no soy nadie ni nada?

Oh luna, dilo tú, _ díme tú "No soy nadie",
y de ese modo, yo _ seré tú que lo dices.
Sé tú mi espejo, tú _ mi espejito de plata,
que en tí me mire yo, _ y me vea que nada,
no hay nada. Líbrame _ de ilusiones, oh luna,
oh tú: desnúdame _ de mi último harapo.


Agustín García Calvo, Las Navas, agosto '97

__________
(1) El título se lo hemos puesto nosotros
(2)Dedicatoria del autor a un vecino del barrio de La Estación de Las Navas del Marqués, donde pasa temporadas el maestro
(3) La rayita se la hemos puesto nosotros. La separación es de Don Agustín.
(*) Particular ortografía del autor

(este poema, creemos, salió en las primeras páginas de la revista 'Caminar conociendo', pero al ser copiado este número a Internet se debió de olvidar porque no aparecía)

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