ARIAS MONTANO,
UN 'ERASMO' ESPAÑOL
EN LAS NAVAS
En medio del entusiasmo febril que se desarrolla en la construcción de El Escorial, Benito Arias Montano presencia a pie de obra aquella actividad contagiosa, aquella rapidez, coordinación e ilusión con que se alzaba día a día, y como por milagro, la fábrica gigantesca que hoy es el monasterio. En 1567 Benito Arias Montano está instalado provisionalmente en Las Navas del Marqués, dentro de alguna ermita o capilla donde prosigue sus trabajos exegéticos, concretamente 'El Comentario al profeta Oseas', su primer comentario firmado en Las Navas, a los 37 años de edad, trabajando 'labore et constantia', una tarea sólida, metódica y paciente, pero salpicando de vez en cuando la aridez del trabajo con la cita oportuna de un autor pagano e inserta con sabia elegancia un verso de algún poeta de la antigüedad. Es en este primer comentario donde hallamos la primera alusión a Las Navas en unos versos de notable ambiente bucólico.
Las Navas aparece, de nuevo, relacionada indirectamente con Arias Montano a través de una de las críticas realizadas por Luis de Estrada, teólogo encargado del examen de la obra del humanista, donde se manifiestan sus suspicacias y sus censuras inquisitoriales a través de la comparación donosa de la versión de la Biblia Regia de arias Montano con la venta del marqués de Las Navas, que siendo propietario de una venta, construyó otra nueva junto a aquella, provocando murmuraciones que '¿Para qué tanto aparato, para qué Montano? El tiempo lo cura todo / o al fin lo pone de lodo'. Y asegura que 'la Biblia como esté dure hasta el fin del mundo'.
Una de las acusaciones fundamentales dirigidas a Arias montano era su condición de 'judaizante' por tratar directamente los originales hebreos y arameos de la Biblia. Durante el s. XVI, España se encontraba inmersa en un ambiente oscurantista, un tenso clima teológico, con una Inquisición dispuesta a frenar ya sea cualquier impulwso renovador, o bien cualquier resto de judaismo, que tanto arraigo tuviera en la Península. Así cabe recordar el proceso contra 'hebraizantes' que llevó al encarcelamiento a Fray Luis de León, el mismo proceso que hubo que sufrir Arias Montano.
POEMA SEGÚN PROMESA(*)
Por Benito Arias Montano
(ACTUALIZACIÓN DE LA ORTOGRAFÍA LATINA Y TRADUCCIÓN LIBRE DE AGUSTÍN GARCÍA CALVO)
(PROPORCIONÓ TODA LA INFORMACIÓN D. MODESTO RUIZ DE CASTROVIEJO Y SERRANO, CATEDRÁTICO EMÉRITO DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA DE 'SAN DÁMASO')
1.- Qui, sacris uatus ueterum receptus
nuper arcanis, cupidi piorum
fidus interpres populo reponens
uera caneban,
(1.- Yo que, acogido poco ha a los sagrados arcanos de los viejos profetas, le cantaba, intérprete fiel, al pueblo de los justos, que así lo deseaba, restituyendo las palabras verdaderas,)
2.- quid moto gratus celebrem poeta?
quidi prius laudum refram conoris
uersibus, uel quae resonent Nauarum
carmina rupes?
(2.- ¿qué voy, poeta agradecido, a celebrar ahora?, ¿cuál de las loas voy antes que nada a elevar ahora en sonoros versos, o qué poesías han de hacer resonar las rocas de las Navas?)
3.- Te, Deum nostri et generis parentem,
unde rerum sunt elementa et ipse
orbis et quicquid super est decori
moenia mundi,
(3.- A ti, Dios y padre de nuestra estirpe, de donde son los elementos de las cosas y el orbe mismo y cuanto hay de hermoso por sobre las murallas del mundo,)
impulit primas posuisse formas
nec satas longum retinere in aeuum
ulla iubet uis,
(4.- a quien ni una fuerza temible de destino eterno le impulsó a establecer las primeras normas ni, una vez creadas, le manda fuerza alguna mantenerlas para largo tiempo,)
consili mens haec uoluit benigne
esse, distinctis numerisque dixit
“Omnia sunto”.
(5.- sino que sólo el libre pensamiento sin más de su sabia decisión quiso benignamente que estas cosas fueran, y por números distintamente marcados dijo: “Sean todas las cosas”.)
(*) Aunque este poema aparece completo en el número 8 de 'Caminar Conociendo' lo copiamos porque así viene en este número 7.
Todo este texto puede leerse entre las páginas II y III de 'Fontana Sonora', suplemento de la revista 'Caminar Conociendo', número 7 de julio de 1998
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