II.
Allá por la mañanita
subo encima de los oteros,
ligerísima, ligerísima
como una cabra ligera,
para oír de las campanitas
la badajada primera.
La primera de la alborada,
que me traen los airecillos
por verme más consolada.
Rosalía de Castro
1 comentario:
Siempre bellos poemas los de Rosalía de Castro.
Gallega mujer desgarro de un mar en llanto.
Besitos.
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